EL EGO
Imagen de Cindy Lever en Pixabay
EL EGO
¿Qué es el ego?:
El “yo” o ego de una persona hace referencia al “personaje que hemos creado sobre nosotros mismos” y hemos interiorizado como la imagen que nos representa, el ser que creemos que somos. El ego es el resultado de la suma, combinación, estructuración y elaboración de nuestras vivencias que se han sucedido desde la gestación, durante toda la infancia hasta la adolescencia y de nuestra interpretación de ellas. Es decir, es la identificación con el yo físico-mental-emocional. Se refiere a cuando nos identificamos con nuestros pensamientos, con nuestro cuerpo físico, con el mundo que nos rodea y con nuestra propia historia de vida, entonces es cuando surge un falso sentido de “yo”; un personaje ficticio al cual llamamos el ego.
Cuando vives desde el ego, te identificas con el pensamiento, surgen emociones y crees que lo que tú percibes y lo que tú ves, es la realidad.
Cuando vives desde el ego, surgen todo tipo de ilusiones, percepciones erróneas y dolores que han permanecido ocultos en nuestro interior y que salen a la superficie cuando se da una situación concreta en la vida.
Cuando vives desde el ego, no eres feliz. No aceptas lo que se te ha dado; deseas cambiarlo. Entonces pones resistencia, hay lucha interior, y por tanto, sufrimiento. Deseas que tu vida sea diferente de lo que es.
El ego solo puede vivir en el pasado y en el futuro. Cuando estás en el presente, en el aquí y ahora, no hay ego, solo presencia.
El EGO se diferencia de lo que es el SER o manifestación auténtica de la persona, nuestro SER se manifiesta de manera real y auténtica existiendo una total coherencia entre lo que sentimos y expresamos, cosa que el EGO no.
Recomendaciones para dejar de lado el ego:
- No siempre puedes tener la razón. El ego cree que su opinión y su creencia es la única válida. Es incapaz de ver que puede estar equivocado o que no siempre hay una sola razón correcta. Practica el dar el brazo a torcer, a considerar otras opciones y entender otros puntos de vista.
- No eres superior ni mejor al resto. El ego cree que todo gira en torno a nosotros. Somos el centro de nuestra vida, pero solo de la nuestra. El resto merecen serlo de la suya. No hay una diferencia real entre nosotros y los demás y tampoco superior, sino mejorar respecto a nosotros mismos no a los demás.
- Controla tu autoestima. Trabaja tu yo real, tus valores, tus fortalezas. Elimina las corazas que te protegen. No eres más débil por mostrarte, sino más auténtico.
- Nada es personal, acepta las críticas y no te sientas ofendido. Que algo o alguien no cumpla con tus expectativas o que hayas cometido un fallo y te lo digan no significa que el mundo este en contra tuya. Nada es personal. En lugar de tomar todo como una ofensa y un daño a tu persona, mantente abierto al cambio y las opiniones de los demás.
- No gires en torno a los logros. Alcanzar el éxito en algo es satisfactorio y aporta bienestar. Sin embargo, no debemos centrar nuestra vida en torno a ellos y que estos sean los pilares de nuestra forma de relacionarnos con el mundo. Teniendo esto en cuenta, también será más fácil valorarlo en los demás.
Para deshacerse del ego hay que liberarse de la necesidad de pensar constantemente en uno mismo. Abrirse a los demás y tenerlos en cuenta te ayudará a bajar la perspectiva que tienes sobre ti mismo. Quererte por lo que realmente eres y no por la imagen que proyectas te ayudará a eliminar el ego.