LA MEDITACIÓN
Imagen de Sven Lachmann en Pixabay
La meditación es una práctica milenaria muy en auge en Occidente, por los muchos beneficios que aporta para el bienestar de cuerpo y mente.
Pero meditar no siempre es fácil, sobretodo al inicio, pues requiere disciplina y práctica. Exige esfuerzo. Si conoces todo lo que la meditación puede aportar a tu vida, bastante probable que te interese su práctica.
Beneficios de la meditación:
– Disminuir el estrés y ansiedad.
– Importante para empatizar con los demás.
– Mejora la concentración y atención.
– Mejora la memoria.
– Fomenta los pensamientos positivos.
Lo fundamental para desarrollar el hábito de la meditación es encontrar el momento adecuado para ti y el tipo de meditación y la postura adecuada para ti. Al principio puedes ir probando con distintos tipos de meditación y la postura correcta para encontrar la comodidad necesaria y el estado mental idóneo para llevar esta práctica a cabo.
Para superar las resistencias que a veces puedes encontrar durante el proceso meditativo, seguir adelante con la práctica es lo que realmente te hace mejorar.
Para meditar correctamente, puedes seguir estos pasos:
– Ropa cómoda: Quitarse los zapatos y elegir una prenda de vestir ancha es la mejor alternativa para sentirte listo para meditar y puedes poner en el suelo una esterilla para estar más cómodo .
– Un lugar tranquilo: Es muy importante encontrar un lugar que puedas estar relajado/a y sin interrupciones ni interferencias. Por ejemplo: la habitación de tu casa, una zona del parque alejada de los coches…
– Sentarte de forma correcta: Para meditar siéntate de manera correcta, en el suelo con la espalda recta, sin tensiones, respirando hondo y manteniendo los hombros y brazos relajados. O si lo prefieres en una silla o de rodillas en vez de la clásica postura, o la meditación tumbada, pero debes tener más práctica y saber de antemano que de esa manera no sentirás molestias enseguida. Sea cual sea la posición que adoptes, la espalda siempre debe estar recta y el cuerpo, especialmente los hombros y brazos, relajados.
– Céntrate en la respiración: Céntrate en la respiración (con los ojos cerrados) cuando te inicias en la práctica meditativa . Te será más fácil empezar en la práctica de la meditación, porque tendrás claro un objetivo concreto y no sentirás la incertidumbre de no saber hacia dónde vagará tu mente.
– Acepta los pensamientos que surgen y sigue adelante: Es habitual que, durante la práctica de la meditación, surjan distintos pensamientos: nuestros problemas personales, la inseguridad de estar haciendo bien la meditación o no. Pero esto es algo normal y, por tanto, debemos aceptarlo.
La meditación se centra en la idea de que el bienestar psicológico es un estado que surge de la aceptación de los pensamientos, emociones y sensaciones corporales sin intentar eliminarlos ni modificarlos, solo observarlos de manera no enjuiciadora. Cuando aparezcan estos pensamientos, simplemente aceptalos y después vuelve a centrar la atención en la respiración.
– Aumentar el tiempo de la meditación poco a poco: Cuando te inicias en la meditación, debes empezar poco a poco para luego ir aumentando el tiempo. Mejor comenzar con la meditación de un minuto, para después llegar a 20 o 30 minutos diarios que te ayudarán a mejorar tu bienestar.
– Añade la meditación a tu vida como una rutina diaria. Tan solo unos minutos diarios es suficiente y notarás bienestar, tan solo déjate llevar.